13 abril 2012

Anti-profesor e insumiso de la enseñanza. Entrevista a Pedro García Olivo

Pedro García Olivo se autodenomina “anti-profesor”, un “insumiso de la enseñanza”, que todavía se subleva contra el discurso vanilocuente de los “Educadores” y la hipocresía de sus nocivas prácticas pedagógicas. Despotrica lúcidamente no sólo contra la Educación “Estatal”, sino también contra los discursos “Progresistas” y “Alternativos”. Ha publicado, entre otros: “El enigma de la docilidad. Sobre la implicación de la Escuela en el exterminio global de la disensión y de la diferencia” (Virus Editorial, 2005), “El Irresponsable” (Editorial Brulot, 2007), “El Educador Mercenario” (Editorial Brulot, 2009) y “La bala y la Escuela (Holocausto Indígena)” (Virus Editorial, 2009). Ha dado más de centenar de conferencias en ateneos, casas okupadas, bibliotecas sociales y universidades europeas y latinoamericanas, pregonando la insubordinación docente y su odio contra la Escuela y la educación formal. Accedió a responder un breve cuestionario donde nos cuenta de sus proyectos personales y explicita sus planteamientos antipedagógicos.


1. Esboza una breve presentación de tu formación o deformación académica. Cuéntanos de tus proyectos actuales (escriturales, editoriales, de la vida, etc.).

Estudié hasta el final, y ello me dañó para siempre. Me doctoré en Historia Moderna y Contemporánea por la Universidad de Murcia, donde cursé también estudios de Filosofía. No puedo estar orgulloso de ello: sacrifiqué mi juventud solo para escapar de la pobreza. Como estaba dotado para triunfar en lo académico, me convertí pronto en Funcionario de Educación. Salté pues del lumpen a la clase media, que hoy aborrezco con todo mi corazón; y estuve a punto de volverme loco en las aulas. Escribí, entonces, como terapia, “El Irresponsable”.

A la altura de mis cincuenta años, y tras varios abandonos periódicos de la enseñanza, asumí una evidencia: “Para que me vaya mal en la vida, ya es tarde. Nada que temer, entonces”. Y concebí el proyecto de una extinción en la libertad. He querido regalarme la experiencia de la libertad absoluta, que no recomiendo a nadie. No trabajo ni hago trabajar, no obedezco ni me hago obedecer, no produzco, no consumo, no voto, casi “no resido”. Esta soberanía radical sobre mí mismo se recorta sobre un horizonte de término: cuando la libertad no me sea posible, yo dejaré de ser.

Vivo en el monte público, en un viejo corral de cabras; y me alimento de un huerto, “ocupado” en el mismo monte público. Unas placas solares de segunda mano me permiten seguir la pista del mundo y perseverar en mi lucha. Aquí avanzo en mis escrituras, centradas en la crítica de las sociedades democráticas occidentales, y desarrollo proyectos videográficos de cooperación personal con movimientos sociales sudamericanos (viviendistas, indigenistas, antagonistas, etc.). De aquí parto para dar charlas y conferencias, alargando así mi batalla contra la Escuela. Para el mes de marzo se me han organizado diez, empezando en Galicia y terminando en Andalucía.

Se me puede considerar un “neo-quínico”, en la línea de Diógenes el Perro; y yo tiendo a verme de ese modo. También parezco un “tecno-primitivista”, pues llevo una vida extremadamente austera, de espaldas al consumo, rayando en la autarquía, aunque con este pequeño ordenador y las viejas placas solares que me permiten hoy atender a las preguntas de “El Surco”.

Pronto buscaré las alas de la imprenta para mi último trabajo, titulado “Occidente es un cadáver a la intemperie. Ensayos e invectivas contra nosotros, los más feos de los hombres”. Danza entre problemáticas europeas y latinoamericanas, explorando no tanto ya la Escuela como su entorno sociológico y politológico.

2. Explica tus postulados-ideas, elaborados en los últimos años, respecto de la crítica de la Escuela (Estatal y Alternativa) y del quehacer pedagógico.

Como anti-pedagogo, rechazo el trípode educativo occidental, fraguado en la transición al Capitalismo:

1) La Escuela, forjada en la Europa del siglo XIX para confinar a la infancia y a la juventud y, desde ese encierro inaugural, operar una “reforma moral” de su conciencia – “forjar lo antes posible empleados útiles y asegurarse de su docilidad incondicional”, como anotó enseguida Nietzsche. Vale decir: “buenos obreros” y “ciudadanos ejemplares”, el tipo de subjetividad requerido por la máquina económica (la fábrica) y la máquina política (la democracia liberal).

2) El Profesor, un “educador” al lado de otros (educadores “naturales”, como los padres; educadores “electivos”, como esos amigos que respetamos y a los que nos acercamos por su conocimiento de un área que nos interesa; educadores “fortuitos”, como las personas con las que chocamos y trastornan nuestras vidas; “auto-educadores”, como todos nosotros a lo largo de todo el día; “educadores comunitarios”, allí donde todavía el grupo ejerce de sujeto y objeto de la transmisión cultural, pues el igualitarismo socio-económico y la democracia directa permiten que, de hecho, la educación “se respire” y acontezca sin más, como en determinados pueblos indígenas), pero también el único “educador” estrictamentemercenario, pues se halla inserto en la Cadena de la Autoridad (“mandar para obedecer y obedecer para mandar”: este sería, en palabras de Cortázar, su lema) y, tras proclamar dedicarse a la Causa Justa, Buena, Noble de la Humanidad, a continuación “pasa factura”, como nos recordaba Steiner.

3) La Pedagogía, surtidora del “auto-engaño” profesoral (no es fácil hacer el mal a sabiendas, por lo que se requería una disciplina que administrara la mentira vital de los docentes, que los narcotizara ante la consciencia de sí, ante el dolor de saberse dañinos) y encargada de adaptar el sistema escolar a las diferentes coyunturas económicas y políticas del Capitalismo (en este sentido, hoy aboga en Europa por didácticas “blancas”, “alumnistas”, en las que el poder del profesor no se vea y en las que los estudiantes tomen aparentemente las riendas de la experiencia, ejerciendo de “policías de sí mismos”, como quiere el demofascismo en ascenso para todos los ámbitos de la vida social).

Desde que llevé las propuestas de Ferrer Guardia a las aulas de la educación pública, allá por 1985, con la esperanza de ser perseguido por mi insumisión libertaria, y solo coseché la amenaza de un premio (mi proyecto acabó en el Gabinete de Innovaciones Pedagógicas), vi claro que la llamada “Escuela Alternativa”, o “Escuela Libre”, coincide objetivamente con eltelos del reformismo pedagógico institucional, que apunta en la misma dirección. Por decirlo claramente: las escuelas que mejor reproducen el Capitalismo tardío, la sociedad “demofascista” (formación que procura prescindir del látigo y confía más en la auto-represión ciudadana), son aquellas que se titulan “libres”, “alternativas”, “progresistas”, cada día menos distinguibles de las escuelas públicas reformadas.

3.- ¿El punto de inflexión, donde tú critica hacia la Escuela se radicaliza nace sólo de la empiria ejerciendo como profesor y de las críticas de tus alumnos? ¿De dónde nace específicamente y cómo se ha ido nutriendo?

Me hice profesor para escapar de la miseria y me convertí en profesor antiautoritario por el influjo de mis lecturas. Luego, me entró por lo ojos y por los oídos (por lo que veía y me veía hacer, por lo que decía y me decían mis alumnos) que “yo era el peor de todos”, un domesticador en dulce, el predicador más sutil. Descubrí también que mi propuesta docente supuestamente anticapitalista no era perseguida, que hasta se proponía como ejemplo de innovación…

Comprendí entonces que la “Pedagogía Anarquista”, al lado de la “Escuela Libre”, habiendo sido absorbida y encerrando una contradicción entre los dos términos, solo podía ya defenderse desde el cinismo; y me fui armando de nuevas lecturas para “esgrimir” mi desencanto, mi desengaño. Lo libertario es la anti-pedagogía, y solo hay libertad donde desfallece la Escuela: esto creo haber aprendido, desde la experiencia en primer lugar pero con el golpecito en el hombro de no pocos libros.

4.- En los años que llevas difundiendo estas perspectivas, y en base al intercambio de ideas y discusiones que se han suscitado ¿Han cambiado en algo tus ideas?. Es decir, has desechado algunas y asumido otras?

Lo cierto es que he ido evolucionando, pero en una misma línea. Conforme pasan los años, soy más radical y transijo menos con los tiempos. Sin cambiar de pensamiento, me he abierto a otras realidades y he podido ampliar mi crítica, dándole mayor escala y nuevos argumentos.

Para mí ha sido muy importante el descubrimiento de la “educación comunitaria indígena”, a la que me aproximé en mis estadías en Sudamérica (Chiapas, Oaxaca, Guatemala, Venezuela y Colombia), la profundización en la “educación rural-marginal europea” (propia de las aldeas perdidas de montaña y del ámbito de los pastores antiguos), las lecturas sobre la modalidad educativa tradicional gitana, los contactos con partícipes del movimiento “Educar en Casa” y las cerca de 150 charlas que he dado en el entorno educativo no-institucional (centros sociales, ateneos, bibliotecas alternativas, casas ocupadas, etc.).

Fruto de esta ampliación de la perspectiva fue “La bala y la Escuela. Holocausto indígena”. Podría decir que, a día de hoy, me interesa más el otro de la Escuela que la Escuela misma. Mi último ensayo, centrado en la educación tradicional gitana, se titula, valga el ejemplo, “Del Pogrom al Programa. Hipocresía del interculturalismo y aniquilación de la gitaneidad”.

5.- Nos da la impresión que las propuestas de abandonar la Escuela, de “conquistar la expulsión”, etcétera, están pensadas para jóvenes y adultos con un desarrollo y una experiencia más amplia en la institucionalidad escolar. Desde ese punto ¿Cómo piensas que se puede asumir la desescolarización para los niños y niñas?

Tienes razón… Hablo desde la experiencia y para personas que comparten mi experiencia.

No creo que, en el contexto de la sociedad capitalista, quepa una desaparición de la Escuela. Así lo vio Bakunin y, desde el marxismo, Blonskij entre otros. Hay Escuela porque hay opresión; y se da la Escuela allí donde persiste la fractura social, la escisión, la dominación de clase. La Escuela reproduce esa opresión política y esta explotación económica. Por ello está soldada a la sociedad burguesa, industrial, capitalista.

Iván Illich presentó la “desescolarización” como una responsabilidad personal, individual, casi una toma de consciencia. Sería casi demasiado esperar que los escolares, los niños y las niñas, fueran capaces de colocar la Escuela en su sitio (como un “artificio para domar”, en el decir de Ferrer Guardia, que aspira a monopolizar el campo de la educación), para buscar, por su cuenta, otros escenarios y otros medios de auto-formación. Que, obligados a asistir a las clases, eligieran no obstante contrarrestar la verborrea de sus profesores con su presencia donde el Estado flaquea y la educación, menos pesquisada, también acontece. Que aspirasen a forjarse por su cuenta una armadura cultural particular, idiosincrásica, lejos de todo dictado y de todo examen -aquel “nuevo órgano” a que se refería Artaud. En ese “casi demasiado” bulle todo lo que cabe hoy soñar para una subjetividad infantil no programada.

Abandonar la Enseñanza, dejar las aulas en manos de los monstruos, no es renunciar a la lucha cultural, sino cambiar simplemente de ámbito, salir de la institucionalidad para implicarse en la retícula educativa no estatal. Durante el mes de febrero anduve presentando “La sociedad desescolarizada”, libro de Iván Illich que ha reeditado en España Brulot y para el que compuse el prólogo; y es pertinente recordar aquí el énfasis de su autor en la constitución de “tramas de aprendizaje”, de “redes educativas”, capaces de confrontar la hegemonía de la Escuela.

6. Considerando que el año recién pasado (2011), fue muy agitado en la región chilena, debido a las movilizaciones estudiantiles, ¿Qué les dirías a los estudiantes que han cuestionado profundamente la Educación de Mercado y el lucro en la Educación en estas tierras? Algunas palabras para las luchas del 2012 y las venideras…

Me cuido mucho de no incurrir en lo que Deleuze llamó “la indignidad de hablar por otro”. Debería vivir en Chile y ser un estudiante para atreverme a hablar, para considerarme con derecho a decir algo sobre los que de verdad luchan.

Pero, a riesgo de nadar contra la corriente de la contracorriente, y desde una valoración de las luchas estudiantiles españolas de este año, de las manifestaciones contra los “recortes” en el gasto social y en defensa de la Educación Pública, reprimidas violentamente, te reitero sin más mis tres últimas notas de twitter, mensajes que concibo como una pedrada contra la sombría organización de nuestro mundo y en los que me prodigo, desde mi precariedad material, porque, ciertamente, son sin coste:

1. Jóvenes apaleados en Valencia por defender la Escuela de la que son víctimas. Policías de sí mismos contra la “policía de sí y de todos”.

2. Los profesores, que oprimen a diario a sus alumnos, los pueden usar ahora como “carne de cañón”, para salvaguardar su oficio mercenario.

3. Y los policías, máquinas de obedecer y de golpear, pequeños innumerables verdugos, atacando a los jóvenes, a los niños, como a “enemigos”.

Como anti-pedagogo y gran odiador de la Escuela (tanto pública como privada), no siento la menor simpatía hacia los que, en mi país, luchan por su salvaguarda. Estoy del lado de cuantos exploran modalidades no-escolares, no-estatales, de transmisión de la cultura y socialización del saber; pero ni creo en el Estado del Bienestar ni me apunto a la defensa socialdemócrata de Lo Público. Sé que esta perspectiva no se puede extrapolar a América Latina, pues son distintos los datos del problema. Por ello, me despido manifestando mi respeto hacia las luchas estudiantiles de las que me hablas, que sigo con interés y de las que procuro aprender.

Gracias, compañeros, por brindarme la ocasión de la palabra. Y os pido disculpas por las deficiencias del estilo, pues no he dispuesto de tiempo para revisar el texto.

Entrevista publicada en El Surco, nº33, Marzo 2012

02 julio 2011

Diversas manifestaciones en Chile. Medio millón de estudiantes en las calles

Diversas manifestaciones en Chile:

  • Estudiantes irrumpen trasmisión en vivo de canal de televisión en señal de protesta y tras iniciar la lectura de un comunicado son censurados.


  • Cientos de estudiantes bailan "Thriller" en la Plaza de la Ciudadanía en representación del sistema educativo (La educación nos mata, el aprendizaje está muriendo)

22 mayo 2010

Estamos cansados de ir al colegio. De la evasión de clases al aprendizaje cotidiano


Tirarse la pera, hacerse la vaca, prender una rateada. Esta es la jerga de los estudiantes para hacer referencia a la evasión voluntaria de las clases. Desde luego, es una práctica temida por las autoridades, casi un crimen juvenil, mayormente asociada -de modo burdo y despectivo- a jóvenes que solo prefieren dedicar su tiempo a la manipulación de los vicios consumistas (ludopatía, alcoholismo, drogadicción) que (la manipulación de) la escuela... reduciendo y predefiniendo las características de un acto que podría ser una excelente estrategia de reinvención del tiempo para emplearlo en actividades re-creativas, auto-estimulantes, solidarias y de aprendizaje.

"Es viernes y estamos cansados de ir al colegio" es lo que dijo un estudiante de la ciudad de Mendoza en Argentina sobre una de las "rateadas" que allí tuvieron lugar. Recientemente, miles de estudiantes acordaron a través de la red social Facebook tomarse un día libre, y no solo para faltar a clases sino para encontrarse en una plaza y compartir en un ambiente armonioso y recíproco. Algunos llevaron comida, otros guitarras para hacer música y pelotas para los juegos. "Hay que festejar un poco porque en la escuela nos dan mucha tarea", comentó otro participante. La noticia ha dado la vuelta al mundo.

Pero, un día no es suficiente. Cada vez existen más grupos de estudiantes auto-organizándose para preparar convocatorias similares a través de las redes sociales. En Uruguay, por ejemplo, la acción se ha utilizado para organizar reuniones de protesta y solidaridad con comedores populares proponiendo, entre otras cosas, llevar alimentos no perecibles. Todo un ambiente de rebeldía creativa juvenil.

Cada vez hay más rateadas convocándose en diferentes lugares, con nuevas aspiraciones y motivaciones y estudiantes que se entusiasman con estas ideas.

23 marzo 2010

Búrlate de los burócratas de la educación. Gran concurso escolar

Recibimos por mail esta iniciativa. Se trata de un "concurso" (el premio es ser escuchado) convocado por el Biotejido Teatro Loco A. S. que consiste en alterar visualmente el contenido de los libros de uso para el presente año escolar entregados por el ministerio de educación, en los cuales se difunde propaganda política del gobierno.

Teatro Loco sugiere mofarse del rostro del presidente, ya que él se mofa de todos colocando su imagen como introducción del libro mientras, además, el presupuesto económico destinado a la educación es ínfimo.

No estamos de acuerdo en que la falta de dinero sea el principal problema del aprendizaje. Para hacer del aprendizaje una actividad creativa y satisfactoria no hace falta dinero, lo que hace falta es tiempo libre. Pero no tiempo "libre" que sea utilizado por la televisión para reproducir la cultura autoritaria, sino la emergencia de espacios de convivencia recreativa y de experimentación horizontal, lejos del control del estado y las instituciones económicas.

Sin embargo, para quienes tienen que lidiar día a día en las escuelas, acatando obligaciones, esta es otra excelente propuesta para expresar lo que piensan burlando las formas conservadoras de comunicación. Ojalá la crítica pueda trascender el rechazo a iconos políticos, hasta cuestionar la obligatoriedad de la educación escolarizada y las convenciones en su conjunto.

Más información sobre el "concurso" a través de la página web de Teatro Loco A. S. y Facebook.

18 diciembre 2009

Esta es mi pizarra. Iniciativa #1 Escuelas en llamas!

Los profesores pretenden que la pizarra sea un espacio de diálogo, en el que podamos expresarnos abiertamente y ser escuchados por todo el aula. Pero, lo cierto es que la pizarra es una convención estandarizadora que, al igual que la hora de recreo, fuerza nuestra voluntad y nos somete a sus propias restricciones. En muchos casos es un castigo: cuando prefieres estar sentado, o fuera de clases, y vas al frente de todos tus compañeros -con una fuerte presión psicológica: temor a equivocarte, a ser objeto de burla- para responder ese problema matemático tan detestable o exponer un tema que no te interesa. O, como casi toda actividad en la escuela, cuando es el registro de notas, y no tu propia voluntad, lo que te dice que tienes que hacer ("por que si no..."). ¡A todos nos ha pasado alguna vez!

Dibujar flores, escribir tus pensamientos sinceros o caricaturizar el aburrimiento escolar en la pizarra, evidentemente, no está permitido y, además, es muy probable que sea sancionado.

Pero nosotros hemos venido a proponer una forma alternativa de comunicarnos. Si las pizarras son un espacio de comunicación, de expresión, de aprendizaje estudiantil, ¿por qué restringirlas a los pocos centímetros que ocupan en las paredes de los salones?, podemos desbordar nuestra creatividad por todo lugar que sea visible al ojo humano. Pero, sobre todo, hablar sobre lo que nos interesa realmente, sobre lo que sentimos, sobre lo que pensamos.

Esta es mi pizarra es una iniciativa de reapropiación del espacio físico y psicológico: queremos que la escuela, que la ciudad entera, en lugar de estar abarrotada de publicidad estúpida, exprese lo que nosotros queremos decir. Esta es mi pizarra se encuentra pintada en las paredes de tu barrio, o en el baño de tu centro educativo; viajando en aviones de papel o en cartas anónimas guardadas en el bolso de tu profe; engrampada en libros, publicada en el periódico mural o repartida como sello de asistencia en los cuadernos de control.

La propuesta que planteamos es que cada quién pueda registrar fotográficamente las formas que utiliza para expresarse (imagina una, o mil, para tu propio contexto o tus aspiraciones) y enviarlas a nuestra casilla de correo electrónico (maleducadxs@hotmail.com) para que sean publicadas en esta web, porque esta también es tu pizarra.

Esperamos la intervención de frases como "Esta es mi pizarra", "No asistir al cole es educativo", "¿Quién nos auxilia del auxiliar?" o la dirección de la web "Noalcole.ok.pe", pero sobre todo que cada quién la saque el ju(e)go a su creatividad.

23 julio 2008

Estudiante le da jarrazo de agua a Ministra de Educación

"Y ella (la ministra) no me escuchó, no me escuchó. Y se iba yendo, y lo primero que vi fue el jarrón con agua y dije, Bueno, a nosotros cuando queremos conversar se nos castiga, se nos intoxica, se nos golpea y se nos moja. Entonces dije, bueno, ella quiere dialogar con nosotros y no nos está escuchando.. ¡agua!"

-Música Sepúlveda.

El año 2008 publicamos este vídeo. Ahora lo reincorporamos a este espacio dedicado a acciones contraeducativas porque no queremos que se pierda en el tiempo. Se trata del jarrazo de agua que lanzó la estudiante Música Sepúlveda, en ese momento de apenas 14 años de edad, a la ministra de educación en Chile durante una conferencia sobre educación para manifestar el descontento estudiantil con los procedimientos institucionales y las políticas de mercado.

Multitudes de estudiantes secundarios y universitarios, junto a numerosos docentes y padres de familia, apoyaron la acción y denunciaron la hipocresía de los medios de comunicación y la fuerte represión que acontecía en aquellos tiempos ejercida contra los movimientos estudiantiles conocidos también como el "movimiento de los pingûinos" .

Más info en:

www.noalcole.ok.pe

www.noalcole.ok.pe
Ya no nos engañan. Queremos que la vida sea un juego: una experiencia divertida, motivante y placentera. Ya no queremos castigos, ni obligaciones, ni autoridades. Ni mandar, ni obedecer. Simplemente jugar. Por que, no importa lo que piensen de nosotros, lo que quieren que seamos. Si ser maduros consiste en adaptarnos a esta forma de vivir, convertirnos en máquinas obedientes y sin vida, entonces no. Nos entercamos en recuperar nuestros sueños. No queremos crecer, queremos ser niños. ¡Queremos vivir la vida! ¡Involución cultural, ahora!